ATAN
Los pesticidas amenazan nuestra salud
Recientemente, esta Asociación ha tenido conocimiento de la publicación en prestigiosas revistas científicas de varios artículos, que se relacionan al pie, sobre la persistencia de pesticidas organoclorados, concretamente de DDT y sus derivados, en nuestro medio ambiente, en la flora y fauna silvestre y, lo que es más preocupante, en la población canaria.
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Antiguo saco, con 50 Kg de DDT |
Según datos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (1998), Canarias es la región española en la que se emplean más pesticidas por hectárea. Entre éstos cabe destacar el uso (¿sólo en el pasado?) del DDT, un plaguicida organoclorado que se considera un contaminante universalmente extendido, detectable en casi todos los sistemas biológicos debido a su alta estabilidad. El uso de este producto, que es capaz de producir cáncer en animales, está prohibido en España y Europa desde finales de la década de los 70
El uso de pesticidas organoclorados en la agricultura y en la lucha contra las plagas de langostas se ha relacionado con la extinción del milano real en Canarias y se considera que puede estar afectando en la mortalidad o fracaso reproductivo de otras especies. Un estudio realizado con huevos de cernícalos de Tenerife mostró que la concentración de DDE es mayor que la obtenida en cualquiera de las rapaces estudiadas en España y que es en las zonas de agricultura intensiva de sur de la isla (Granadilla y El Médano), donde se obtienen las mayores concentraciones. También se ha comprobado la persistencia del DDT y el DDE en los pinares de Tenerife.
Avioneta fumigando animales con DDT |
Sin embargo, los resultados más preocupantes, por referirse a la salud humana, proceden de un estudio realizado, en 1998, por la Unidad de Toxicología de la Universidad de Las Palmas, bajo la dirección del Dr. D. Manuel Zumbado, en base a 682 muestras de sangre, muestra que se considera representativa de la población canaria. Este estudio determina la presencia del DDT y su principal derivado el DDE en el 99.3% de los casos. El estudio cuantitativo de la presencia residuos de estos compuestos en la sangre humana indica la exposición pasada y presente a los mismos. Se demuestra que el conjunto de la población canaria presenta unos niveles similares a la media europea y que sigue existiendo una exposición a este producto en nuestros días. Sin embargo, estos niveles resultan muy superiores en los habitantes de Tenerife y Gran Canaria. Los niveles de DDT y DDE aumentan con la edad y son mayores en mujeres (sobre todo en las mayores de 20 años), que en hombres. A este respecto, conviene recordar que el DDT se ha relacionado con el cáncer de mama y que Canarias presenta una alta mortalidad por este tipo de cáncer, por lo que los autores del estudio apuntan una posible relación entre ambos aspectos.
Uno de los resultados más importantes es la elevada proporción entre DDT y DDE lo cual indica una exposición crónica al DDT que ¡persiste en nuestros días! En el caso de Gran Canaria, esta proporción es similar a la obtenida en Tanzania y México, donde aún se emplea del DDT.
Sin ánimo de crear alarma social ni de atacar a una actividad tan importante para nuestra economía y para la conservación de la biodiversidad como es la agricultura, desde esta Asociación nos preguntamos:
¿Por qué no han trascendido estos trabajos a la opinión pública?
¿Qué medidas han tomado los departamentos de sanidad, agricultura y medio ambiente del Gobierno de Canarias respecto a la incidencia de este problema sobre el medio natural y la salud humana?
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